Me encanta el poder    más que el deber   porque aquel es ineludible    más que el querer   porque está presente aún sin el   deseo.     Veo y nutro el poder entre los hombres    pero no los  guío después del despertar          disfrutando lo ajeno     veo las flores y los animales copular    y pasar, con su poder, infinitos ciclos     de creación y destrucción.     Lo hermoso es parte de mi rostro    soy el emblema de la naturaleza y de la humanidad     soy el poder en carne viva      soy la brisa que lleva el néctar      de flor en flor.     La transformación, mi única dicha, pero la única decepción    no dejó de ser, sino ya forzado, se mejoró     vuelan mariposas y colibríes     todas las gracias que se adaptan     no son bellas todas, sino es su poder    que atrae y pregunta porqué y cómo     volvieron a ser, pero ya otro.     Mi condena es ver pasar todas estas novedades    desde su aparición hasta el infinito     veo la belleza desde siempre    y sólo sé q radica en su poder de ...