La Navaja de Ockham

  Desde siempre, pareciera, hemos estado siguiendo ese camino al futuro, o yo que sé.   Pero lo que si se, es que como borregos, el camino se hace con orden; más no sin angustia. La uniformidad da el momento de mostrar nuestra disciplina, pero en  realidad, aunque no se para donde va, y se que es el futuro    No se si bueno, mejor o diferente, pero todos vamos para allá: sin falta.   ¿Somos todos los que nos seguimos, o a falta de símbolo, no nos muestra significado?   Si te plasman colores, como imagen que suspende el cuerpo y su sentimiento. No hay amor en lo bello, que envuelve esta figura.    Eres tan hermosa y abstracta, y son solo unas miles de suspensiones de la palabra, a tu belleza.   Ya que es tu alma, y otra es mía: siempre diferente con mi esencia, y encontrado en el verbo que nos envuelve, en ese lienzo blanco y húmedo, del tu al yo   Son varias semanas las que llevo esperando, estoy calmado y ya sé que voy a estar a tu lado, esperando lo inesperado e inadvertido.   Pero f

Creo haberte visto entre sombras y recuerdos eres la viva imagen de un deseo sin dueño Porque creo que las musas bailan entre la naturaleza, las mentes y la locura inspirando lo que el hombre llama belleza Pero siempre estará quien quiera encerrar la luz egoista y blasfemo compañero de los miedos que provoca la incertidumbre Y el hombre desde Prometeo siempre quiso cargar el fuego de los dioses y decir potentemente he aquí tu reflejo En tus ojos se refleja el fuego en mi mejilla que arde incomprendida preguntando porque eres tan bella y no mía

Es tu entorno y no mis ojos que me ha mostrado tu belleza son palabras sin imagen que ahora relaciono a ella.  Porque eres tú y cuando estás que conmueven las que, entre todas podrán representarte. Dime ahora y entonces ¿en que consiste mi debilidad? en tu ausencia o en todo lo que será siempre verdad. ¿Es acaso mi insistencia al caer, de siempre volver a ver dudando lo que es cierto y bien sabido? Entonces caigo en repetir alabando:  siempre estarás,                                  no hay sino que sentirte. Y del amor, que siempre hablo sólo con palabras curiosas que junto con lo obvio s igo esperando y entonces