La Navaja de Ockham

Como eso que he sido siempre con logros diarios y plausibles tolerable al mundo de pequeños gigantes a un lugar que se expande y soy pequeño, siempre pero ácido o mejor, ya no recuerdo la palabra despectiva. Soy gigante entre los que no deciden este mundo no es del arte pero en él se inspiran cual religión paralela de lo inexplicable. Puedo saborear en tus  palabras tu enojo a mi gusto el palpitar de no entender porque escribo  cuando lo hago Y ¡Ah, tengo un poema que lo explica! como los instructivos de mi alma

Empieza con no saber lo que crees sobre amor hay tantos nombres de lo que se comparte  sin filtro y sincero pero torpe e hiriente Aunque sea un instante no te quiebres con creer que me he roto todo simplemente con palabras mal puestas Porque necesitas atención adquiérelo tu mismo ese amor a ti mismo y no rayes en Narciso al creer que gira a tu alrededor Porque las verdades son distintas en tu cabeza o la mía pero es grandeza a tus ojos la fuerza de tus ideales y quizás lo que pensamos como igual para todos El cielo es el mismo  al tuyo pero no me dicta sino emociones a tu lado y no las tuyas

Sin decir palabras, en obras me escucho, y tú lees un fragmento de mi mente Fuerza y detonante con energía explosiva; arte y pasión que se extiende cual orgasmo  entre amantes expresando su arte al universo Da vida o excelente experiencia de vida poder amar lo que haces desde el aliento  que te alimenta los pensamientos hasta la cruz que evoca tus creencias Serán tus pasos cubiertos  de silencio que con acto dicten tu pensamiento al mundo y su violencia en potencia ¡No calles tu realidad con necedades!

Que te desvaneces en un instante         pareciendo una eternidad    son palabras que evocan la necesidad         de decir entre líneas       cuan cortos son los instantes           y tan largos los momentos    que definen tu bienestar.                                  Podrás decirme,                    callada entre la buya,                           si percibes               ...