La Navaja de Ockham

E l relámpago suena a lo lejos me recuerda a nuestras noches yo niño cuando en el campo olíamos la lluvia aproximarse a nuestra piel y tu rayabas con tu corriente de creatividad en tu diario Después, creíamos, oh, oscuridad que era repentina la música de tu letra contínua e inquieta ante el agua que roza los matorrales de nuestra consciencia Impaciente hoy te encuentras día a día remarcando las necesidades repetinas que te ha dado la vida en franco descenso Porque no hay hombre que deba creer que ya en su actualidad sea igual al pasado pero quizás deba reconsiderar el tiempo como sabio   Porque no debes desfallecer tonto soñador, e insistir que de así, de punta en blanco sea el principio siempre de tu vida

¿Tienes la paciencia para ir   a la guerra   y luchar contra pacientes      que en paz se encuentran      pero se reconocen      como ansiosos      de salir aunque nada los detenga?                   El Estado permanente de conveniencia                    te atormenta y calla                    por la pésima fuerza                de la comodidad moderna.                        El grito de un ser superior          apresura tus pasos                 y no se tarda en lamentar          la soledad              del estar sin compañía               aunque debe abandonarla               ya pasado esto                    como un baile eterno necesario.