La Navaja de Ockham

  Ya te veo grande aún nocturna mañana incipiente  lucero futurista  llama de calidez que encenderá mil  corazones  Te reto a dejar  mi corazón  oh, estrella perenne que ilumina el firmamento  de mis ojos desde aquel instante  de mi despertar y el tuyo Fue tu sonrisa de amanecer y el lente de mi memoria que captura en mis pasos la creatividad de la vida, en mi pasar por la tuya y la verdad De este cuento que empieza en tu primavera otoñal  que desde existente me procura el aliento  que respiro 

Con la irreverencia de una sonrisa tomas mi mano y mi imaginación se va a tu lado desde sueños hasta  fotografías de lluvia entre mis dedos y  tus piernas qué danzan juntas sin fatiga con el viento El calor invade la recámara de mis manos entre cobijas de sueños inolvidables marcados por la tinta de la energía en la tormenta entre cuerpos cordiales y conocidos pero impredecibles Sueño entonces con lo inevitable y reconocible como tu aroma despierto y danzo al compás de tu ánimo y música  del alma.

Todo empezó con ese ramo          la sonrisa que evoca tus labios              cuando algo te agrada                 o estás nerviosa Mi vida empezó con la tuya              así no la recuerde        con tus pasos en la mía          y la rosa que te regalé ya a mi lado Porque fueron unos tras otros,        desde poemas hasta tus caderas          que adornaron mi planeta          y supieron decir que te amo          cuando mi mirada estaba perdida                entre recuerdos        personas o cosas y no tú                             ...