La Navaja de Ockham

  Ya te veo grande aún nocturna mañana incipiente  lucero futurista  llama de calidez que encenderá mil  corazones  Te reto a dejar  mi corazón  oh, estrella perenne que ilumina el firmamento  de mis ojos desde aquel instante  de mi despertar y el tuyo Fue tu sonrisa de amanecer y el lente de mi memoria que captura en mis pasos la creatividad de la vida, en mi pasar por la tuya y la verdad De este cuento que empieza en tu primavera otoñal  que desde existente me procura el aliento  que respiro 

Empieza con no saber lo que crees sobre amor hay tantos nombres de lo que se comparte  sin filtro y sincero pero torpe e hiriente Aunque sea un instante no te quiebres con creer que me he roto todo simplemente con palabras mal puestas Porque necesitas atención adquiérelo tu mismo ese amor a ti mismo y no rayes en Narciso al creer que gira a tu alrededor Porque las verdades son distintas en tu cabeza o la mía pero es grandeza a tus ojos la fuerza de tus ideales y quizás lo que pensamos como igual para todos El cielo es el mismo  al tuyo pero no me dicta sino emociones a tu lado y no las tuyas

Que te desvaneces en un instante         pareciendo una eternidad    son palabras que evocan la necesidad         de decir entre líneas       cuan cortos son los instantes           y tan largos los momentos    que definen tu bienestar.                                  Podrás decirme,                    callada entre la buya,                           si percibes               ...

Esta excitación, esta emoción                                                 que no abandona mi cuerpo ni el tuyo es una lámpara encendida que                                            por separado no podemos apagar                             y juntos quizás no debamos querer                       ...