La Navaja de Ockham

Revienta el ego a combatir como semilla en el hombre y naturaleza del arte y de tus manos Obran con vida y aman a sí mismos antes de amar al prójimo No conciben ser inferiores a su futuro yo en potencia y comparan la fuerza de sus pasos en el grupo que conforma la humanidad Debes saber que es posible subestimarte o peor creer que ese yo es promedio en el resultado de las comparaciones con el otro    

Una musa del bosque  cual criatura del bosque  como niña otaku que mientras escribo, guía mis dedos Se ríe y me dice: déjala tranquila, ya que ella te da aliento yo lo guío más allá  de sueños y pesadillas  Porque como tus preocupaciones  mañanas y madrugadas cuando me necesitas, sin saber a tu oído te dicto,  lo que debes redactar  ¡Oh, dulce escritor! ¿no te sientes mejor  sabiendo que lo invisible  siempre está aquí contigo? Yo lo sé  que desde tu blog block de notas y amor estoy yo riendo porque lo lograste 

Me encanta dormir a tu lado soñar con despertar porque la realidad está hecha ya perfecta.  Esos sueños que se completan con tus besos y el pulmón de tu aliento De vida  que gira con tus latidos que mueven mi mundo

Llega el alba a la colina de la nación vigorosa   llena de esperanzas de fuerza con cambios en los labios  y con fuerza en el brío. Y se enamora de sus luces  de esa luz fragrante que la dota de energía y las vitaminas pero falta también que ese árbol siga también alimentado por los animalitos del bosque y esa colina, que pertenece y es, para que no se caiga palo a bajo, porque pesa mucho y sus flores son hermosas cada año. Llega el mediodía de ese mayo, con ventarrones de lluvia, con tanta sequía, con promesas de lluvia cada día, pero le dicen a cada una de sus flores que no caigan, que ya vendrán a ser aprovechadas, y pertecer al reino vivo. Llega la tarde suave encarnecida y tibia y le dice el árbol a las nubes como en protesta ¡llueve mayo, que casi es tu final! Este es tu día Araguaney, te regalo la abundancia, para que los animalitos vengan a tu cobijo estarás lleno de tu vida y la ajena tu tierra y tus ramas darán vida a todos los sueños de l

¡Oh creador de grandes momentos!       Eres yo, gracias a Dios            Gracias a Dios puedo ser yo                Y Dios me concede la palabra                   y el verbo que transita                     tu contenido perfecto                       aunque incompleto.                                             Eres poema en una novela                                               de la vida una creación                                                  ensayo, hipotético de una tesis                                                    puesta a prueba por el jurado de la vida                       Quizás vuelvas a mi,                        vida mía, con la verdad del canto                         cual sirena encantado                           pero con la fuerza de los libros que profesan                             en lo que tantos hombres                             murieron creyendo                                          Soy yo una de ellas                   

Describe lo que deseas,  si puedes expresarlo Es poema en el azar de tu existencia, y quiere rogarte que te ama  te desees y te quieras desde el azar  infinito hasta tu querencia que llama tu cordura y te pide que esperes, no debemos redundar en lo abundante sino esperar en la consciencia hasta el momento que lo necesitemos La respiración será dada por sus trazos firmes como palabras o pasos en la historia nuestra y del mundo.

Suele suceder,                            al punto que olvidemos su constancia y                            consistencia                en el que llevemos una armadura                              sostenida por un cuerpo últimamente                                                                           frágil.              Se cree con fuerza en seguir recompensas cuando                 en última instancia                                                    debemos                                  (por necesidad)                                                                       servir.                                 La mortalidad del cuerpo y mente            exigen que sea inmediata la                                                                recompensa          pero la necedad está en que pocos                                trascenderemos                                                              al paso