La Navaja de Ockham

Manantial de mi prado seco tengo la vida entre tus nacimientos que perennemente embriagas Provocas la flor en botón desde la crecida hasta en el camino que trazan mis lomas y se vierte tu alma Dame fuerza y a estas, las flores, que surgen en tu primavera Te espero en la rivera desde las piedras hasta la arena siento que tu existencia es referente a la mía

  Ya te veo grande aún nocturna mañana incipiente  lucero futurista  llama de calidez que encenderá mil  corazones  Te reto a dejar  mi corazón  oh, estrella perenne que ilumina el firmamento  de mis ojos desde aquel instante  de mi despertar y el tuyo Fue tu sonrisa de amanecer y el lente de mi memoria que captura en mis pasos la creatividad de la vida, en mi pasar por la tuya y la verdad De este cuento que empieza en tu primavera otoñal  que desde existente me procura el aliento  que respiro