Llega el alba a la colina
de la nación vigorosa
llena de esperanzas de fuerza
con cambios en los labios
y con fuerza en el brío.
Y se enamora de sus luces
de esa luz fragrante que la dota
de energía
y las vitaminas pero falta también
que ese árbol siga también alimentado
por los animalitos del bosque y esa colina,
que pertenece y es,
para que no se caiga palo a bajo,
porque pesa mucho y sus flores son hermosas cada año.
Llega el mediodía de ese mayo,
con ventarrones de lluvia,
con tanta sequía,
con promesas de lluvia cada día,
pero le dicen a cada una de sus flores que no caigan,
que ya vendrán a ser aprovechadas,
y pertecer al reino vivo.
Llega la tarde suave encarnecida y tibia
y le dice el árbol a las nubes como en protesta
¡llueve mayo, que casi es tu final!
Este es tu día Araguaney, te regalo la
abundancia, para que los animalitos vengan
a tu cobijo
estarás lleno de tu vida y la ajena
tu tierra y tus ramas darán vida
a todos los sueños de la sabana.
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