Te lo dije, no hay protocolos para esto y más que etiquetas, te evitas ver lo q crees que es, eso te hace mentirosa y prejuiciosa. Tú deseas, con ahínco, simplemente despojarme de mi autoridad y hacerme ver, al caer, que quizás tengas razón. Que es una píldora, que son dos, son tres, son cuatro, que no es la realidad, es tu escudo, es tu miedo, es lo que deseas, es lo que temes, es mentira. Pero sigues sin probarme, sin decirme por completo, porqué estás ahí parada, contemplando mi imagen y no la tuya, no reflejas tus ansias sino acusas, eres débil, lo odias y aún así crees poder quizás descuidar lo propio y proteger lo ajeno. ¡Hipócrita! Te diré siempre, porque he luchado junto a ti y no me gritas gracias, porque prefieres esconderte tras pastillas cada vez q tratas de salir y eres una excusa floja para decir que no puedo con alguien tan brillante. Creo que el mayor prejuicio es el que siento por ti, así que te diré, me pararé de esta silla de inmediato, me apartaré de este