Espejo
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Te lo dije, no hay protocolos para esto y más que etiquetas, te evitas ver lo q crees que es, eso te hace mentirosa y prejuiciosa.
Tú deseas, con ahínco, simplemente despojarme de mi autoridad y hacerme ver, al caer, que quizás tengas razón. Que es una píldora, que son dos, son tres, son cuatro, que no es la realidad, es tu escudo, es tu miedo, es lo que deseas, es lo que temes, es mentira.
Pero sigues sin probarme, sin decirme por completo, porqué estás ahí parada, contemplando mi imagen y no la tuya, no reflejas tus ansias sino acusas, eres débil, lo odias y aún así crees poder quizás descuidar lo propio y proteger lo ajeno.
¡Hipócrita! Te diré siempre, porque he luchado junto a ti y no me gritas gracias, porque prefieres esconderte tras pastillas cada vez q tratas de salir y eres una excusa floja para decir que no puedo con alguien tan brillante.
Creo que el mayor prejuicio es el que siento por ti, así que te diré, me pararé de esta silla de inmediato, me apartaré de este espejo y dejaré de verte, mi alma, por un rato.
Comentarios
No he leído todas tus entradas, pero ya esta se apunta como favorita... me recuerda lo falsos e injustos que somos a veces con nosotros mismos. Quizas injustos, quizas sobreprotectores, quizas miedosos de mostrar al exterior lo que realmente somos, de ocultarnos a nosotros mismos lo que ni siquiera sabemos que existe.
ResponderBorrarBueno, sigue leyendo y relee algunas otras, en todo caso dime, tengo a Cupido cuando atrapó a psique, de perfil la piedad; acaso Miguelángel tenía eso y lo sabía?o mejor, eso no es lo q nos queda de él y decimos que era un genio?ni Maria, ni Jesús, ni Cupido, ni a psique buscando la luz de su amado y por lo tanto la sabiduría, era él, pero si él espíritu amante q permite inspirar emociones en otros, como hará él hasta el final de la razón y su cordura
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