Últimamente la gente se identifica más con sus etiquetas, aunque a partir del nacimiento las posean, como un nombre o un género, se dejan llevar por ellas. Hasta la última de sus consecuencias, esta herencia Aristotélica se ha degradado en simplemente desdeñar en una relatividad mal concebida, de que cada quien lleva el estandarte de lo que le conviene sea realidad, inclusive que esa realidad no sea nada, a pesar de las no tan obvias consecuencias de un argumento falaz como ese. Mujer, bella, la más bella. Indiferencia, impulsividad desatando el ahora y decir, no me arrepiento de nada porque lo que me ha sucedido me ha llevado hasta donde estoy, significaría arrogancia, despotismo, orgullo vacuo y prepotente; si, la espontaneidad es una rica virtud, pero cuando tienes algo hermoso que mostrar espontáneamente, como las flores que espontáneamente, luego de una serie de sucesos, al parecer al azar y predestinados, muestran, espontáneamente, su polen reproductivo, sus colores y matices. SI