En medio del ocaso basto de una esperanza virginal, trato de mirar entonces una estrella superior, y persigo su brillo. Se despide diciéndome que soy solo un mortal, quítame entonces la melancolía dejándome reventar en ardor solar exponiendo mi naturaleza completa y sincera. No sé qué pasa con mi pecho entre latidos y explosiones he descubierto en mí una substancia indescifrable, cambiando y creciendo en mi egoísmo donde me hallo solo, con mi alma, en piedra esculpido, sin responderme, ocultando la sangre que hierve bailando entre nervios, reventando en ansias entre futuras y posibles. Estoy en todas partes, temo cambiar mi rostro y hacerme irreconocible con golpes y violencia que rompen mis manos y mis votos de silencio; tantos caminos de creencias nada ocultará mis ambiciones de fuerza. Maldigo la razón que me apacigua y lloro porque la ilusión y la grandeza acabarán pronto al caer ante la dura piedra de la realidad que pretendo adorar y aceptar, alucin...